ESPACIOS
Ciudad Universitaria
Las primeras ideas sobre la construcción de una ciudad universitaria que concentrara las facultades de la UBA en un mismo espacio surgieron a fines de la década de 1930. Un artículo publicado en 1938 por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) en su Revista de Arquitectura exponía detalladamente las ventajas de un proyecto de esas características. Sin embargo, las diferentes propuestas en este sentido no prosperaron y quedaron en el olvido por casi veinte años.
En consonancia con experiencias similares ocurridas en otras ciudades latinoamericanas, como Caracas, México y San Pablo, la idea de un predio único que reuniera a todas las facultades volvió a cobrar vigencia durante el rectorado de Risieri Frondizi. Además de constituir una solución al viejo problema de la falta de espacios físicos adecuados para la docencia y la investigación, se afirmaba que la convivencia de profesores y estudiantes de las distintas facultades permitiría una verdadera integración científica. A comienzos de 1958 se abrió un concurso de ideas para la construcción de una ciudad universitaria y se designó un equipo de arquitectos que debía realizar un estudio urbanístico destinado a elegir la mejor ubicación posible del complejo. Luego de descartar otras opciones, el equipo recomendó un predio de 47 hectáreas ganadas al Río de la Plata a la altura del barrio de Núñez. La zona ofrecía un buen acceso y la posibilidad de realizar ampliaciones. En agosto de 1958, el gobierno nacional emitió un decreto que cedía los terrenos a la Universidad y asignaba un presupuesto para el inicio de las obras. Aunque el plan maestro global elaborado por el equipo ganador del concurso de ideas fue desestimado, se le encargó la construcción del que sería el Pabellón I, que fue inaugurado en 1961 y albergó a los departamentos de Matemática, Física y Meteorología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
En 1962 el Consejo Superior de la Universidad le encargó al equipo integrado por los arquitectos Eduardo Catalano, Horacio Caminos, Eduardo Sacriste y Carlos Picarel y el ingeniero Federico Camba la elaboración de un nuevo plan maestro para la construcción de una ciudad universitaria. El proyecto contemplaba cuatro pabellones mayores y otros edificios menores. En 1963 comenzaron a construirse los pabellones II y III, que serían destinados a las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Arquitectura y Urbanismo, respectivamente. Cada edificio contaría con un subsuelo, planta baja y cuatro pisos.
El avance del proyecto enfrentó diversas dificultades, como la resistencia de la mayoría de las facultades, la escasez presupuestaria y el golpe de Estado de 1966, que significó el final del proceso de renovación impulsado por Risieri Frondizi. Del proyecto original se terminaron el pabellón II, inaugurado en 1966, y el III, habilitado en 1971.
Equipo MUBA