La universidad de la Reforma. 1918-1946
En 1918 los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron una protesta contra las academias vitalicias que gobernaban la institución. A diferencia de Buenos Aires, donde el nuevo estatuto de 1906 había suprimido la antigua organización, en Córdoba regían prácticamente los mismos estatutos aprobados a mediados de la década de 1880. Ante los hechos desencadenados, la universidad fue intervenida por el gobierno del presidente radical Hipólito Yrigoyen. Sin embargo, el intento de reorganizarla sobre la base de un estatuto similar al que regía en Buenos Aires tuvo como resultado que los profesores eligieran como rector al candidato de los sectores que habían gobernado la institución hasta la intervención.
La decisión provocó la reacción de los estudiantes, que irrumpieron en la asamblea que había elegido al rector, desconocieron su autoridad e iniciaron un ciclo de protestas que incluyó la toma de la universidad durante varios días. Así comenzó la llamada “Reforma Universitaria”, movimiento que luego se extendió a las otras dos universidades nacionales -la de Buenos Aires y la de La Plata- y también a las provinciales que existían entonces en las ciudades de Santa Fe y San Miguel de Tucumán. A partir de la Reforma se sancionaron nuevos estatutos que consagraron la participación de los estudiantes en la elección de las autoridades universitarias.
La Reforma generó cambios sustantivos en la vida de la Universidad de Buenos Aires. Uno de ellos fue la generación de una activa vida electoral: las autoridades comenzaron a ser elegidas a partir de una o varias asambleas que reunían a profesores titulares y suplentes, y estudiantes. Aunque en el mundo universitario porteño el proceso de aprobación e implementación de nuevos estatutos gozó de un alto consenso, también se hicieron sentir fuertes resistencias. En particular, las relacionadas con la participación de los estudiantes en la elección de las autoridades. Los conflictos fueron considerablemente intensos en la Facultad de Derecho durante los últimos años de la década de 1910 y la de 1920.
El movimiento reformista también impulsó, aunque con limitaciones, cambios importantes en el ámbito científico. La creación y, en algunos casos, la reorganización de institutos constituyó uno de los instrumentos con los que se intentó alentar las tareas de investigación. Especialmente importante fue el Instituto de Fisiología dirigido por Bernardo Houssay, quien en 1947 fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina. Otros institutos importantes fueron el de Literatura Argentina, que organizó y dirigió Ricardo Rojas, y el de Investigaciones Históricas, a cargo de Emilio Ravignani.
Además de constituir un hito central en la historia universitaria argentina, los reclamos y las reivindicaciones sostenidos por la Reforma también se hicieron sentir en otros países de América Latina, como Perú, Chile, Paraguay y Cuba.
El 6 de septiembre de 1930 un golpe militar derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen. En un comienzo, el movimiento contó con el apoyo estudiantil y del entonces rector de la UBA, Enrique Butty. Sin embargo, poco después los estudiantes se pronunciaron y se movilizaron contra el gobierno de facto. La universidad fue intervenida, Benito Nazar Anchorena -expresidente de la Universidad Nacional de La Plata- fue designado interventor, y se produjeron cesantías de docentes y expulsiones de estudiantes.
Los años treinta fueron un período conflictivo en el país. El sistema institucional funcionó de manera irregular, y autoridades, estudiantes y docentes mantuvieron diversas disputas en torno al funcionamiento de la universidad. Algunos principios de la Reforma fueron cuestionados, sobre todo, aquellos relacionados con la intervención de los estudiantes en ciertos aspectos de la vida académica, como el armado de las ternas para elegir a los profesores titulares y la designación de los suplentes.
Luego del retorno de las instituciones en 1932, la universidad fue normalizada. Sin embargo, los estatutos sancionados en la década tendieron a limitar las conquistas de la Reforma, especialmente la participación estudiantil en el gobierno universitario.
En 1943 un movimiento militar derrocó al gobierno conservador encabezado por Ramón Castillo. El golpe marcó el fin del período caracterizado como la “Década Infame”, signada por el predominio de gobiernos que llegaron al poder en gran medida gracias a la práctica del fraude y la violencia. El grupo de militares que tomó el poder se caracterizaba por su heterogeneidad. Entre ellos había quienes simpatizaban abiertamente con el nazismo, nacionalistas caracterizados por un fuerte compromiso con el catolicismo, y otros de orientación más liberal. En el nuevo gobierno, el área de educación quedó a cargo de sectores que mantenían fuertes compromisos con grupos conservadores ligados a la Iglesia. Además de restaurar la enseñanza religiosa en las escuelas, intentaron controlar las universidades. Cuando varias de ellas fueron intervenidas, la mayor parte de la comunidad universitaria -sobre todo, los estudiantes- se movilizó y organizó huelgas y protestas.