INSTITUCIÓN
El Programa UBACYT
En 1958 Risieri Frondizi asumió el Rectorado de la UBA. Durante su gestión se
reformó el Estatuto y se fortaleció la investigación, que alcanzó altos niveles de excelencia perdidos a partir de la “noche de los bastones largos”. Recuperada la democracia, la UBA se propuso reconstruir su capacidad de producción de conocimiento científico y tecnológico. En 1986, durante el rectorado de Oscar Shuberoff, se tomó la decisión de destinar recursos a la creación de lo que después fue conocido como el Programa UBACYT.
El programa incluía financiamiento de proyectos y becas destinadas a graduados y estudiantes. Se impulsó la transferencia de conocimientos a la sociedad aplicando instrumentos de programación y evaluación destinados a mejorar la vinculación con el entorno económico y social. En el ejercicio de su autonomía, la UBA asumió así una actitud proactiva en el diseño y ejecución de instrumentos de promoción de la investigación científica y tecnológica.
El financiamiento a proyectos de investigación fue el primer instrumento implementado. La convocatoria inicial tuvo una demanda que superaba los recursos disponibles. Era una difícil encrucijada, ya que se pretendía no desalentar a los investigadores incipientes, pero financiar a la mayoría implicó que el presupuesto solamente permitiera otorgar cantidades módicas. Esto fue conocido como la “política de la regadera”, útil porque permitió identificar brotes que fueron luego apoyados más selectivamente. En los años siguientes fue posible disponer de mayores recursos, administrarlos con mayor precisión y comenzar a organizar programas especiales en los que se concertaba la acción interdisciplinaria.
El programa de becas incluía las de estudiantes, una novedad inicialmente resistida, pero luego muy elogiada cuando se comprendió que permitía acercar los jóvenes a la investigación. El monto de las becas era equivalente a las del CONICET e incluso superior, para que no fueran interpretadas como “becas de segunda”. El programa de becas fue titulado “UBACYT” y no solamente se consolidó, sino que su nombre se extendió a la propia Secretaría y todos sus instrumentos. En 1987 se puso en marcha el programa de equipamiento científico y en 1992 el programa de viajes al exterior.
UBACYT fue un programa exitoso que continuó en el tiempo. Fue fundamental para ello contar con los secretarios de ciencia y técnica de las facultades. Dialogando en conjunto fue posible solucionar problemas potencialmente conflictivos, como el establecimiento de prioridades, articular distintas culturas disciplinarias y adjudicar equitativamente las becas y recursos para investigación.
Mario Albornoz