ESPACIOS
El edificio del Museo Etnográfico, antigua Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
En 1874 se creó la Facultad de Derecho, que reemplazaría a la antigua Academia de Jurisprudencia. Dado que de allí surgían los principales cuadros dirigentes del país su importancia en la universidad no estaba en duda. En 1877, el Consejo de la facultad le solicitó al gobierno la construcción de un edificio propio. Era un hecho inédito, ya que la tradición era adaptar construcciones existentes. El pedido fue aceptado el mismo año y se decidió realizar la obra en un predio cedido por la Hacienda Municipal, con fondos donados por el Colegio de Abogados. El terreno, ubicado en la calle Moreno 350, era un viejo depósito de la Aduana, que luego de la construcción de la Aduana Nueva había quedado vacío. Una placa de bronce en la puerta indica que allí funcionó la Casa Cuna de la Beneficencia fundada por Rivadavia. En realidad, la sede de la institución había sido el edificio lindero, en Moreno 330.
Aunque se desconoce quién fue el arquitecto que proyectó el edificio, la tradición historiográfica y muchos detalles de la construcción permiten adjudicarlo a Pedro Benoit, el arquitecto más renombrado de aquel tiempo.
La fachada ofrece características peculiares: para aprovechar el largo terreno se la proyectó remetida, con un jardín frontal, usando el nivel superior a la calle que había sido rebajada para los tranvías. Esto le dio una mayor prestancia, que fue resaltada con una ancha escalera, dos pisos y un remate alegórico superior.
El edificio era grande aunque poco funcional, ya que tenía cuatro aulas que rodeaban el patio o vestíbulo central. Eso provocaba que la entrada fuese ancha, con un gran pórtico con columnas. Con el objeto de ganar espacio interior, en 1927 se cerró el pórtico y se redujeron las escaleras. Era una mezcla de palacete y edificio púbico que priorizaba la recepción, lo que se justificaba por la falta de experiencia en construcciones universitarias. Separado del edificio había un jardín que luego fue cubierto con otras construcciones, que incluían una típica estructura de madera habitual en esa época en la ciudad. Al fondo se ubicó la biblioteca, de excepcional calidad, con un pórtico de acceso similar a otras obras de Benoit.
Tres excavaciones arqueológicas realizadas posteriormente en el terreno llevaron la antigüedad de los restos hallados bajo el edificio hasta 1650, lo que es poco habitual en Buenos Aires.
Daniel Schávelson